jueves, 3 de septiembre de 2020

CUENTO: "DÓNDE LOS DERECHOS DEL NIÑO PIRULO CHOCAN CON LOS DERECHOS DE LA RANA AURELIA" EMA WOLF






Donde los derechos del niño Pirulo chocan con los de la rana Aurelia.



A Pirulo le gusta ir a casa de su abuela porque en el jardín hay un estanque, y el estanque está lleno de ranas.
Además le gusta ir por otras razones:
Porque su abuela no le hace cortar el pasto del jardín, lo que sería una forma de explotación.
Porque su abuela nunca limpia la pieza donde él duerme, así que no invade  su vida privada.
Porque su abuela jamás atenta contra su libertad de expresión oral o de manera que puede decir todo lo que piensa sobre su maestra Silvina sin que su abuela se enoje.
Para hacerla corta: en casa de su abuela, él es una persona respetada.
Pero lo que más le gusta es el estanque de ranas del jardín.
Ahora mismo, se dispone a gozar de una actividad recreativa apropiada para su edad: va a cazar ranas.
Prepara la carnada de salchicha; agarra la linterna y la bolsa de arpillera.
Es de noche. En verano las ranas se cazan de noche. Su abuela duerme.
Con mucha mala suerte, la primera rana que saca del estante es Aurelia.
—¡Un momento! —le dice Aurelia—. ¿Qué estás haciendo?
—Cazo ranas.
—Lo siento, pero los animales tenemos derecho a la existencia.
—¿Eso quién lo dice?
— La Declaración Universal de Derechos del Animal proclamada en París en 1978.
—¿Eso vale en nuestro país?
—Sí, vale- contestó la rana .
—Pero yo tengo derecho a las actividades recreativas apropiadas para mi edad y en este instante mi actividad recreativa consiste en cazar ranas.
Aurelia se impacienta.
—Y yo te recuerdo que tenés que respetar nuestra longevidad natural. Así que te vas a quedar sin comer ranas.
Pirulo levanta la voz.
—¡Yo no las como! ¡No me gustan! ¡Se las va a comer mi abuela!
—¡Entonces peor! ¡Vos las cazás sólo para divertirte! ¿Con qué derecho? ¿Te gustaría que te cazaran por diversión?
—¡No es lo mismo! ¡Yo soy una persona! ¡Vos sos un animal de otra especie y punto!
En el estanque se armó una batahola.
Todas las ranas croaban y saltaban. Pirulo retrocedió un poco, pero su indignación era grande.
—¡No me voy de acá sin ranas!
—¡Antes pasarás sobre mi cadáver!
En ese momento se abrió la ventana del dormitorio de la abuela. Era ella, asomada, con los pelos parados y una batería de chancletas en la mano.
—¿SE VAN A DEJAR DE ROMPER DE UNA BUENA VEZ? ¿SABEN QUÉ HORA ES? ¿CONOCEN EL ARTÍCULO 11 DE LOS PRINCIPIOS A FAVOR DE LAS PERSONAS DE MI EDAD? ¿SABEN QUE TENGO DERECHO AL BIENESTAR FÍSICO, MENTAL Y EMOCIONAL? ¿Y QUE PARA ESO NECESITO DORMIR? ¿LES ENTRA EN LA CABEZA? ¡DORMIIIIIIIIR! ¡DORMIIIIIIIR!
Con la primera chancleta no acertó.
Con las otras sí.




Ema Wolf: “Donde los derechos del niño Pirulo chocan con los de la rana Aurelia”, tomado de Programa Nacional Derechos del Niño y del Adolescente: Por los derechos de los niños y los adolescente


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