martes, 30 de junio de 2020

CUENTO: "FIESTITA CON ANIMACIÓN " DE ANA MARÍA SHUA

 FIESTITA CON ANIMACIÓN. Ana María Shua


ILUSTRACION:SUSANA HOSLET


Las luces estaban apagadas y los altoparlantes funcionaban a todo volumen.

–¡Todos a saltar en un pie! –gritaba atronadoramente una de las animadoras, disfrazada de ratón. Y los chicos, como autómatas enloquecidos, saltaban ferozmente en un pie.


–Ahora, ¡todos en pareja para el concurso de baile! Cada vez que pare la música, uno abre las piernas y el otro tiene que pasar por abajo del puente. ¡Hay premios para los ganadores!


Excitados por la potencia del sonido y por las luces estroboscópicas, los chicos obedecían, sin embargo, las consignas de las animadoras, moviéndose al ritmo pesado y monótono de la música en un frenesí colectivo.


–Cómo se divierten, qué piolas que son. ¿Te acordás qué bobitos éramos nosotros a los siete años? –le preguntó, sonriente, el padre de la cumpleañera a la mamá de uno de los invitados, gritándole al oído para hacerse escuchar.


–Y qué querés... Nosotros no teníamos televisión: tienen otro nivel de información –le contestó la señora, sin muchas esperanzas de que su comentario fuera oído.


No habían visto que Silvita, la homenajeada, se las había arreglado para atravesar la loca confusión y estaba hablando con otra de las animadoras, disfrazada de conejo. Se encendieron las luces.


–Silvita quiere mostrarnos a todos un truco de magia –dijo Conejito–, ¡Va a hacer desaparecer a una persona!–¿A quién querés hacer desaparecer? –preguntó Ratón.–A mi hermanita –dijo Silvia, decidida, hablando por el micrófono.


Carolina, una chiquita de cinco años, preciosa con su vestidito rosa, pasó al frente sin timidez. Era evidente que habían practicado el truco antes de la fiesta, porque dejó que su hermana la metiera debajo de la mesa y estirara el borde del mantel hasta hacerlo llegar al suelo, volcando un vaso de Coca Cola y amenazando con hacer caer todo lo demás. Conejito pidió un trapo y la mucama vino corriendo a limpiar el estropicio.


–¡Abracadabra la puerta se abra y ya está! –dijo Silvita.Y cuando levantaron el mantel, Carolina ya no estaba debajo de la mesa. A los chicos el truco no los impresionó: estaban cansados y querían que se apagaran las velitas para comerse los adornos de azúcar de la torta. Pero los grandes se quedaron sinceramente asombrados. Los padres de Silvia la miraban con orgullo.


–Ahora hacela aparecer otra vez –dijo Ratón.–No sé cómo se hace –dijo Silvita–. El truco lo aprendí en la tele y en la parte de aparecer papi me cambió de canal porque quería ver el partido.


Todos se rieron y Ratón se metió debajo de la mesa para sacar a Carolina. Pero Carolina no estaba. La buscaron en la cocina y en el baño de arriba, debajo de los sillones, detrás de la biblioteca. La buscaron metódicamente, revisando todo el piso de arriba, palmo a palmo, sin encontrarla.

–¿Dónde está Carolina, Silvita? –preguntó la madre, un poco preocupada.–¡Desapareció! –dijo Silvia–. Y ahora quiero apagar las velitas. El muñequito de chocolate me lo como yo.


El departamento era un dúplex. El papá de las nenas había estado parado cerca de la escalera durante todo el truco y nadie podría haber bajado por allí sin que él lo viera. Sin embargo, siguieron la búsqueda en el piso de abajo. Pero Carolina no estaba.


A las diez de la noche, cuando hacía ya mucho tiempo que se había ido el último invitado y todos los rincones de la casa habían sido revisados varias veces, dieron parte a la policía y empezaron a llamar a las comisarías y hospitales.


–Qué tonta fui esa noche –les decía, muchos años después, la señora Silvia, a un grupo de amigas que habían venido a acompañarla en el velorio de su marido–. ¡Con lo bien que me vendría tener una hermana en este trance! –y se echó a llorar otra vez.



FIN ✿◕‿◕✿

Ministerio de Educación. Unidad de Programas Especiales.
Plan Lectura 2008. República Argentina

lunes, 29 de junio de 2020

CUENTO "COMO SI EL RUIDO PUDIERA MOLESTAR" DE GUSTAVO ROLDÁN



"Como si el ruido pudiera molestar"



Fue como si el viento hubiera comenzado a traer las penas. Y de repente todos los animales se enteraron de la noticia. Abrieron muy grandes los ojos y la boca, y se quedaron con la boca abierta, sin saber qué decir.
Es que no había nada que decir.
Las nubes que trajo el viento taparon el sol. Y el viento se quedó quieto, dejó de ser viento y fue un murmullo entre las hojas, dejó de ser murmullo y apenas fue una palabra que corrió de boca en boca hasta que se perdió en la distancia.
Ahora todos lo sabían: el viejo tatú estaba a punto de morir.
Por eso los animales lo rodeaban, cuidándolo, pero sin saber qué hacer.
—Es que no hay nada que hacer —dijo el tatú con una voz que apenas se oía—. Además, me parece que ya era hora.
Muchos hijos y muchísimos nietos tatucitos miraban con una tristeza larga en los ojos.
—¡Pero, don tatú, no puede ser! —dijo el piojo—, si hasta ayer nomás nos contaba todas las cosas que le hizo al tigre.
—¿Se acuerda de las veces que lo embromó al zorro?
—¿Y de las aventuras que tuvo con don sapo?
—¡Y cómo se reía con las mentiras del sapo!
Varios quirquinchos, corzuelas y monos muy chicos, que no habían oído hablar de la muerte, miraban sin entender.
—¡Eh, don sapo! —dijo en voz baja un monito—. ¿Qué le pasa a don tatú? ¿Por qué mi papá dice que se va a morir?
—Vamos, chicos —dijo el sapo—, vamos hasta el río, yo les voy a contar.
Y un montón de quirquinchos, corzuelas y monitos lo siguieron hasta la orilla del río, para que el sapo les dijera qué era eso de la muerte. Y les contó que todos los animales viven y mueren. Que eso pasaba siempre, y que la muerte, cuando llega a su debido tiempo, no era una cosa mala.
—Pero don sapo —preguntó una corzuela—, ¿entonces no vamos a jugar más con don tatú?
—No. No vamos a jugar más.
—¿Y él no está triste?
—Para nada. ¿Y saben por qué?
—No, don sapo, no sabemos...
—No está triste porque jugó mucho, porque jugó todos los juegos. Por eso se va contento.
—Claro —dijo el piojo—. ¡Cómo jugaba!
—¡Pero tampoco va a pelear más con el tigre!
—No, pero ya peleó todo lo que podía. Nunca lo dejó descansar tranquilo al tigre. También por eso se va contento.
—¡Cierto! —dijo el piojo—. ¡Cómo peleaba!
—Y además, siempre anduvo enamorado. También es muy importante querer mucho.
—¡Él sí que se divertía con sus cuentos, don sapo! —dijo la iguana.
—¡Como para que no! Si más de una historia la inventamos juntos, y por eso se va contento, porque le gustaba divertirse y se divirtió mucho.
—Cierto —dijo el piojo—. ¡Cómo se divertía!
—Pero nosotros vamos a quedar tristes, don sapo.
—Un poquito sí, pero... —la voz le quedó en la garganta y los ojos se le mojaron al sapo—. Bueno, mejor vamos a saludarlo por última vez.
—¿Qué está pasando que hay tanto silencio? —preguntó el tatú con esa voz que apenas se oía—. Creo que ya se me acabó la cuerda. ¿Me ayudan a meterme en la cueva?
Al piojo, que estaba en la cabeza del ñandú, se le cayó una lágrima, pero era tan chiquita que nadie se dio cuenta.
El tatú miró para todos lados, después bajó la cabeza, cerró los ojos, y murió.
Muchos ojos se mojaron, muchos dientes se apretaron, por muchos cuerpos pasó un escalofrío.
Todos sintieron que los oprimía una piedra muy grande.
Nadie dijo nada.
Sin hacer ruido, como si el ruido pudiera molestar, los animales se fueron alejando.
El viento sopló y sopló, y comenzó a llevarse las penas. Sopló y sopló, y las nubes se abrieron para que el sol se pusiera a pintar las flores. El viento hizo ruido con las hojas de los árboles y silbó entre los pastos secos.
—¿Se acuerdan —dijo el sapo— cuando hizo el trato con el zorro para sembrar maíz?
                                                          GUSTAVO ROLDÁN


FIN ✿◕‿◕✿

CUENTO EXTRAÍDO  DEL LIBRO DEL BICENTENARIO. PRIMARIA. PLAN NACIONAL DE LECTURA

jueves, 25 de junio de 2020

miércoles, 24 de junio de 2020

CUENTO: "LAS FRANFRUSIAS DEL AMOR" DE ANA MARIA SHUA


 Escuchá esta historia "Las franfrusias del amor", una hermosa pero caprichosa y malhumorada princesa, gracias al amor y valentía de un capitán de su reino, logra convertirse en una persona amable y cariñosa. 



martes, 23 de junio de 2020

UN CUENTO DE TERROR: "MEJOR ME CALLO" DE OLGA DRENNEN

MEJOR ME CALLO
Olga Drennen



Le contesté que no podía creer lo que me decía, que se dejara de hablar pavadas. Pero él siguió y siguió con el cuento ese del fantasma.
Ahora que todo el mundo está desesperado, no me animo a decirles lo que sé. ¿Qué van a pensar? Mejor me callo.
El, Riqui, que era mi amigo, venía todas las tardes a buscarme para andar en bici. Casi siempre, los chicos del barrio al vernos, nos decían gansadas.
-¡Estás rebuena!
-¡Genia!
Algunos hasta se zarpaban. Yo ni movía la cabeza; pero él, ¡pobre!, se ponía todo colorado.
Venía todas las tardes hasta que un día, no vino. Me dejó esperando. Estuve un rato larguísimo con la bici y nada. No apareció.
Bueno, está bien, sí, me dio un poco de rabia, sin embargo, cuando volví a verlo, tan alto, con esa sonrisa redulce que tenía, se me pasó todo. Le brillaban los ojos al saludarme.
-Ayer te esperé ...-dije.
-¡No sabés lo que me pasó! -contestó.
Y, entonces, me contó que en la esquina de su casa se había mudado una chica y que él, Riqui, había estado ayudando a descargar paquetes.
-¡No sabés la que te perdiste! -dijo -después me dieron un montón de golosinas.



Y allí mismo, me regaló unos chocolates diciendo que los había guardado para mí. Estaba tan contento que me invitó a ir hasta su casa ya que yo no la conocía.
Al rato, pasamos por una casita de puerta verde.
-¡Mirá! Mi papá pintó el frente -dijo -y aquí es donde se mudó la chica nueva.
Justo en ese momento, apareció ella. De pelo castaño, un poco gordita, al vernos, lo saludó muy sonriente. ¿La verdad? No me gustó nada. Llevaba un moño colorado en la cabeza y se movía como una gallina. No me gustó, así que cuando pasamos a su lado, le di vuelta la cara.
Lo mejor de esa tarde fue que los dos nos divertimos a lo grande. Claro que no todos los días amanecen con sol, Pasaron tres tardes. Tres. Estoy segura. Las conté. A la cuarta, apareció serio como nunca. Yo también me puse seria cuando lo saludé. No es cosa de andar dejando que a una la dejen plantada a cada rato.



Él, Riqui, me hizo una seña para que lo acompañara, entonces, lo seguí mientras pensaba en la chica nueva ¡me daba una rabia! A los dos minutos, empezaron los pavotes.
-¡Chau, preciosa! ¿No querés que te llevemos en la bici?
Esa vez, Riqui ni los miró ni nada. Caminaba con las manos en los bolsillos y la cabeza baja, ¿en qué pensaría?
-Tengo miedo -dijo de golpe.
Le pregunté de qué, pero él, Riqui, no me contestó. Sonrió un poquito triste sin dejar de caminar y se fue.
Ahora, pienso que si en lugar de quedarme callada la boca, hubiera hablado, tal vez, no andarían todos así como andan, desesperados y yo no tendría que callarme lo que sé. Después, pasó un tiempo largo y no nos vimos. Hasta que una mañana, me lo encontré en la panadería. Casi no lo reconocí. Tenía los ojos hundidos, la ropa le bailaba de grande.
-¿Estás enfermo? -le dije cuando salimos.
Él, Riqui, se puso mal, le empezó a temblar la boca y se tapó la cara con las manos. Esa vez, sí que me olvidé del enojo y seguí a su lado hasta que se tranquilizó.
-Me persigue un fantasma -dijo, y yo le solté la carcajada en la cara. Estaba segura de que me había tomado por idiota.
-Me persigue un fantasma, te digo -repitió.
Como insistía, le pedí que me acompañara a casa y que me contara. Él, Riqui, empezó a hablar.
-En cuanto me quedo solo, aparece. ¿Sabés qué horrible?
Ahora, no me acuerdo de todo lo que me contó, pero fueron cosas raras, muy raras. Entre otras cosas, dijo que veía unos pies calzados con zapatos negros que flotaban en el aire y que oía una voz que lo llamaba y le avisaba que se lo iba a llevar.
-¿No habrás estado soñando? -le pregunté al final.
Él, Riqui, no sé si me escuchó porque se quedó callado, pensando..., me dio lástima. Tan lindo que era y tan triste que parecía...
-Los huesos le crujen cuando se mueve. ¡Te lo juro!
Mientras hablaba, ponía unos ojos que me hacían acordar a los de la gente esa que sale en las estampitas.
-Mirá que nadie lo sabe. Solamente vos.
Solamente yo. Y se fue y no volvió.
Ahora que todos dicen que me pasa esto o lo otro y que el médico de aquí o los remedios de allá, sigo acordándome de él y de la tonta del moño colorado. Lo cierto es que con tanta historia, pensaba en él de la mañana a la noche. También pensaba en ella, ¡mejor!, ¡total! A mí no me importaba. No tenía que importarme. Y si andaba en problemas, ¡que se arreglara solo!, o que lo ayudara ella, ¿no era tan buena? Y después de todo, cuando me lo cruzara, también a él le iba a dar vuelta la cara. Lo más seguro era que andaba inventando pavadas para que yo me olvidara de él. Sin embargo, después, me acordaba del "¡Ayudáme!" que me había dicho y me daba un no sé qué.
Ahora, pienso que si, por lo menos, hubiera hablado en ese momento, si hubiese llamado a alguien de mi casa para que conversara con él, tal vez, las cosas podrían ser distintas. Claro que igual, ¿cómo ayudar a un chico que en lo único que pensaba era en fantasmas?
Esa tarde, después de que me contó que se lo quería llevar un fantasma, se fue con esa cara transparente como papel de calcar y la ropa bailándole en el cuerpo. Y no volví a verlo. Eso quiere decir, justamente que no lo vi más. QUE NO LO VI MÁS. QUE NO LO VI MÁS.
Esperé y esperé. Lo extrañé y lo extrañé. Hasta que no aguanté más y fui a buscarlo.
Cuando toqué el timbre de la casita verde, me temblaban las rodillas. Abrió una señora, entonces, le pregunté por mi amigo.
-¿Qué Riqui?
Me quedé fría, según ella, allí no vivía ningún Riqui.
Ningún Riqui. Ningún Riqui, en la vereda de enfrente, ni en la otra, ni en la manzana. Ningún Riqui. Así, que empecé a preguntar por él a los chicos del barrio.
-¡Dale, tarada, ¿qué Riqui?
¿Cómo que Riqui? El, Riqui, mi amigo.
Ahora, que todo el mundo me mira desesperado, sé que si hablo, va a ser para peor. Mejor me callo, y en cuanto pueda, voy a buscarlo a casa de la chica nueva, ella seguro que sabe.
Pero, ahora, no voy a decir nada porque si no, van a empezar otra vez con la historia esa de que en esa esquina tampoco vive nadie, que es un terreno baldío. Van a decirme que la termine con Riqui y con la chica del moño, que no existen. Mejor no digo nada. Mejor no digo lo de los zapatos negros que veo flotando en el aire, ni de los huesos que crujen. Mejor, no les digo que de noche, alguien que tiene la voz de Riqui me llama y me llama.
Mejor no digo nada. Sí, mejor, me callo.


Extraído de Revista Virtual de literatura infantil y juvenil Léeme un Cuento.

Talleres literarios y de escritura para chicos y grandes en Tres de Febrero.

lunes, 22 de junio de 2020

CUENTO: "CINTHIA SCOCH Y LA MANDARINA RIDÍCULA" DE RICARDO MARIÑO

 

 

 Cuentos ridículos" de Ricardo Mariño


Cinthia Scoch y la mandarina ridícula 


   Cinthia Scoch era una chica de diez años a la que le gustaban cosas como comer mandarinas mientras paseaba. Un día salió a caminar por un sendero desconocido y en cierto momento vio que a un costado del camino había una planta de mandarinas. Arrancó una y la fue pelando mientras seguía su paseo, sin advertir que se trataba de una mandarina ridícula.

    Las mandarinas ridículas tienen la inscripción “MR” grabada en cada una de las semillas, pero en general las personas no advierten ese tipo de detalles. Algunas sí lo hacen, pero es común que crean que la sigla “MR” es por “Marca Registrada”, como aparece en muchos artículos.


   Como se ha dicho, a Cinthia Scoch le gustaba comer mandarinas mientras paseaba, y aquel día salió a caminar por un sendero desconocido cuando de pronto vio que a orillas del camino había una planta de mandarinas. Muchos lectores recordarán que la fue pelando mientras seguía, sin advertir que se trataba de una mandarina ridícula. ¡Cómo no lo van a recordar si está escrito apenas unas líneas más arriba!


   Al saborear el primer gajo Cinthia Scoch pensó que era la mandarina más dulce que había probado en su vida, pero al segundo cayó en la cuenta de que algo raro estaba ocurriendo: ¡se había quedado pelada! ¿Qué había sido de sus hermosos cabellos verdes y amarillos, duros como alambre?


   Aún no había encontrado una respuesta a esa pregunta cuando escuchó hablar a la mandarina:


 —Por comerte mi gajo te quedaste sin cabello. Por lo tanto, tendrás una idea descabellada: comerte otro.


   Dicho y hecho: Cinthia Scoch sintió irresistibles deseos de probar otro gajo de mandarina. Ni bien lo hizo le crecieron ramas en la cabeza, altísimas ramas que enseguida se llenaron de hojas verdes y pájaros que cantaban.

    Cinthia trató de mirar hacia arriba pero solo alcanzó a ver las puntas de algunas ramas. La mandarina, que continuaba en su mano derecha, le dijo:


—Por comerte mi segundo gajo, tu cabeza se convirtió en una copa de árbol.
    Como ahora tenés pajaritos en la cabeza, no podrás resistir la tentación de comer otro.


   Dicho y hecho. Cinthia tuvo ganas de comerse otro gajo y se lo comió nomás, y ni bien lo hizo su cabeza quedó convertida en un reloj despertador desarmado.


   “Qué desgracia”, se dijo Cinthia, “ahora soy un reloj despertador y, encima, desarmado”. Lo pensó un instante y decidió que lo mejor sería tratar de armarse.


   Trabajó un rato y ya faltaba poco para terminar, solamente ajustar el último tornillo, cuando escuchó que la mandarina le decía:


—Por comerte mi tercer gajo te convertiste en reloj despertador desarmado. ¡Y tuviste el descaro de armarte! Pero, como te falta un tornillo, no tendrás mejor idea que comerte otro gajo.


  Dicho y hecho. Cinthia Scoch, convertida en reloj despertador, abrió grande la campanilla y tragó entero un nuevo gajo. Al hacerlo, quedó convertida en una cebra.


—Por comerte mi cuarto gajo te convertiste en cebra —le dijo la mandarina, más ofendida cada vez—. Como ahora sos rayada, se te va a ocurrir comer otro…


  Afortunadamente pasó por allí un campesino.


  El campesino se detuvo a mirar a la cebra porque nunca había visto una. Pensó que algún gracioso le había pintado rayas a un caballo. Solo que, mientras hacía estas deducciones, distraídamente, alzó lo que quedaba de la mandarina y comió un gajo. No sabía en la que estaba metiéndose.

   Ni bien el campesino comió un gajo, quedó convertido en un ganso y en cambio Cinthia Scoch volvió a ser ella misma, con sus hermosos cabellos verdes y amarillos, duros como alambres.


  Entonces la mandarina le dijo al campesino:


 —Por comerte mi quinto gajo te convertiste en ganso. En tu nuevo estado harás una gansada: comerte otro.


  Cinthia Scoch se sentó sobre una piedra a mirar, porque le resultaba muy divertido eso que estaba viendo.


  El campesino se transformó en florero, enseguida en velador, luego en viento que viene del Sur, seguidamente en lluvia de abril, después en enano de cemento…


  Por suerte, como todos los lectores saben, las mandarinas –aun las ridículas– no tienen más de diez o doce gajos. De modo que, cuando el campesino terminó de comérsela, volvió a ser el mismo campesino que era antes de que se le ocurriera la ridícula idea de alzar esa mandarina.


  Cinthia Scoch continuó su paseo mientras pensaba en lo terrible que resultaría comer uvas ridículas, un enorme racimo de uvas ridículas. ¿Y una gran sandía ridícula? ¡Dios!



 LIBRO:

sábado, 20 de junio de 2020

20 DE JUNIO "DÍA DE LA BANDERA"





"Este día se honra al creador de la bandera nacional Manuel Belgrano, quien el 20 de junio de 1820 en Buenos Aires pasó a la inmortalidad. La bandera fue creada el 27 de febrero de 1812, durante la gesta por la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

   Además Belgrano fue uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social, entre otras muchas cosas. Las ideas innovadoras de Belgrano quedarán reflejadas en sus informes anuales del Consulado.

  La fecha fue decretada por ley 12.361 del 8 de junio de 1938, con aprobación del Congreso, por el entonces Presidente de la Nación Argentina, Roberto M. Ortiz. A partir del año 2011, por decreto nacional, dicho feriado es inamovible.

PASO A PASO

13 de febrero de 1812: Manuel Belgrano propone al Gobierno la creación de una "escarapela nacional", en vista de que los cuerpos del Ejército usaban distintivos diversos.

18 de febrero de 1812: El Triunvirato aprueba el uso de la escarapela blanca y celeste, decretando: "Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste..."

27 de febrero de 1812: Entusiasmado con la aprobación de la escarapela, Manuel Belgrano diseña una bandera con los mismos colores, enarbolándola por primera vez en Rosario, a orillas del río Paraná. Allí, en las baterías "Libertad" e "Independencia" la hizo jurar a sus soldados. Luego, mandó una carta al Gobierno comunicando el hecho. Este mismo día, el Triunvirato le ordenó hacerse cargo del Ejército del Norte, desmoralizado después de la derrota de Huaqui.

3 de marzo de 1812: El Triunvirato contesta la carta de Belgrano, ordenándole que disimulara y ocultara la nueva bandera y que, en su lugar, pusiese la que se usaba entonces en la Capital. La orden se debió a la preocupación por la política con el exterior. Pero, cuando la orden salía de Buenos Aires, Belgrano ya marchaba hacia el norte y, por esta razón, no se enteró del rotundo rechazo del Gobierno a la nueva bandera.

25 de mayo de 1812: Al frente del Ejército del Norte, el entonces General en jefe Manuel Belgrano movilizó sus tropas hacia Humahuaca. En San Salvador de Jujuy, enarboló al ejército de su mando la bandera en los balcones del Ayuntamiento, en vez del estandarte real de costumbre que presidía las festividades públicas. Allí, la bandera argentina fue bendecida por primera vez.

27 de junio de 1812: El Triunvirato ordenó nuevamente a Belgrano que guardara la bandera y le recriminó su desobediencia.

18 de julio de 1812: El General contestó que así lo haría, diciendo a los soldados que se guardaría la enseña para el día de una gran victoria."

FUENTE: https://www.suteba.org.ar/20-de-junio-da-de-la-bandera-en-conmemoracin-del-fallecimiento-del-general-manuel-belgrano-


BREVE HISTORIA DE MANUEL BELGRANO










viernes, 19 de junio de 2020

CUENTO: "JAMÓN DEL DIABLO" DE IRIS RIVERA




Jamón del diablo de Iris Rivera


ESTE CUENTO PERTENECE  AL LIBRO: LA CASA DEL ÁRBOL



Todas las tías estaban de acuerdo en que Carolina era un amor de educada y que le gustaban las galletitas de agua untadas con paté. Pero ese día no había paté en el supermercado y ¡que mala idea tuvo la madre cuando compró jamón del diablo! Claro, pensó que le iba a gustar lo mismo y, la verdad, le gustó tanto que se comió la latita entera (lo de adentro de la latita, bah). Pero el asunto vino después.
-¿Jamón del diablo se llama?- Dijo Carolina. Y ató la lata vacía a la cola del gato que salió disparado y hasta el techo no paró.
-Jamón del diablo ¿no?-  y escondió la maquinita de afeitar del padre en el tarro  de yerba.
-Ah jamón del diablo- Y se guardó en la media la goma nueva de la hermana que iba a la secundaria.
-Acá están pasando cosas raras- dijo la madre viendo que Carolina tenái una sonrisita de costado y de ¿Qué me mirás?
-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!- se oyó un alarido indicando que la hermana grande había sacado de la cartuchera la dentadura postiza de la abuela.
Casi enseguida empezaron a pisar agua porque el lavarropas rebalsaba.
Carolina salpicaba feliz, empapándose los pies.
-¡Lliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!- chilló la abuela que había encontrado una lauchita bebe en la zapatilla.
-¡ Güeeeeeeeeeeeeeeeee!- lloraba el hermanito.
Carolina dijo jijí y le alcanzó un corcho, que es casi lo mismo que un chupete.
Justo en ese momento: el timbre.
-¡carolina! ¡Atendé al sodero! ¡decile que hoy no!- gritó la madre barriendo el agua rebalsada del lavarropas, ya algo nerviosa.
Y carolina le dio a entender al sodero que “hoy no” disparándole un poderoso chorro de soda que hombre esquivó como un experto.
-¿Qué le pasa a esta chica?.... “terminala, nena ¡prepará la mochila y ponete el guardapolvo, querés?”.
Carolina preparó la mochila y se fue a la escuela, pero antes puso en el medio del camino las 17 macetas del patio, tocó el timbre nueve veces y le sacó la lengua a la vecina de enfrente, que la miró torcido. Y se cruzó  a hacerle el reclamo a la madre.
El reclamo duró un rato. Después, la madre entró y se desparramó en una silla, confundida y pensante. Menos mal que esa mocosa ya se había ido a la escuela.
Pero la tarde pasó muy rápido y a las 17:10 hs ya estaba de vuelta, sin botones, sin moños y con una nota en el cuaderno de comunicaciones:

Corresponde una llamada de atención por traer carbón para escribirle el cuaderno a sus compañeritos, un plumero para borrar y un kilo de harina quien sabe para qué. La alumna es observada, además, por corretear por todo el patio a caballo de la escoba de la portera y, quede claro, es la última vez que se le permite entrar al establecimiento calzada con patas de rana, como así también usar sin autorización la peluca de la señora directora.

La madre pensó en desparramarse de nuevo, sobre todo porque esa chica no estaba afligida para nada. Al contrario, saltaba y pedía: -¡Jamón del diablo! ¡Jamón del diablo! ¡Jamón del diablo!
Entonces a la madre le vino la inspiración: -¡que jamón del diablo ni que ocho cuartos!- grito con voz de madre inspirada y, aunque más bien era la hora de tomar la leche, se puso a prepararle una sopa salvadora.
Era una rica sopita de fideos cabello de ángel.


IRIS RIVERA: "LA CASA DEL ÁRBOL": COLECCIÓN PAJARITO REMENDADO, Editorial Colihue
  



Fuente: http://cuentosmaravillosos2011.blogspot.com/2011/10/jamon-del-diablo.html

jueves, 18 de junio de 2020

ESPECIAL: MANUEL BELGRANO

Capítulo 6: Belgrano y la libertad de prensa.





Capítulo 7: Las invasiones inglesas (1806-1807) .




Capítulo 8: La Revolución de Mayo.





Capítulo 9: De los libros a las armas.





CUENTO: "CLARITA SE VOLVIÓ INVISIBLE" DE GRACIELA MONTES

Un día cualquiera, Clarita se vuelve invisible. Nadie la ve: ni su mamá, ni el gato, ni siquiera su hermanito. ¿Qué travesuras hará Clarita ahora que nadie la puede ver? ¡No te pierdas esta historia!





CUENTO:


miércoles, 17 de junio de 2020

CUENTO: "EL REY QUE NO QUERIA BAÑARSE" DE EMA WOLF




EL REY QUE NO QUERÍA BAÑARSE





   Las esponjas suelen contar historias muy interesantes, el único problema es que lo cuentan en voz muy baja y para oírlas hay que lavarse muy bien las orejas. Una esponja me contó una vez lo siguiente: En una época lejana las guerras duraban mucho, un rey se iba a la guerra y tardaba treinta años en volver, cansado y sudado de cabalgar, y con la espada tinta en chinchulín enemigo.

Algo así le sucedió al rey Vigildo. Se fue a la guerra una mañana y volvió veinte años más tarde, protestando porque le dolía todo el cuerpo.

Naturalmente lo primero que hizo su esposa, la reina Inés, fue prepararle una bañera con agua caliente. Pero cuando llegó el momento de sumergirse en la bañera, el rey se negó.

—No me baño —dijo—. ¡No me baño, no me baño y no me baño!

La reina, los príncipes, la parentela real y la corte entera quedaron estupefactos.

—¿Qué pasa majestad? —preguntó el viejo chambelán- ¿Acaso el agua está demasiado caliente? ¿El jabón demasiado frío? ¿La bañera demasiado profunda?

—No, no y no —contestó el rey— pero yo no me baño nada.

Por muchos esfuerzos que hicieron para convencerlo, no hubo caso.

Con todo respeto trataron de meterlo en la bañera entre cuatro, pero tanto grito y tanto escándalo formó para escapar que al final lo soltaron.

La reina Inés consiguió cambiarle las medias,-¡las medias que habían batallado con él veinte años!- pero nada más.

Su hermana, la duquesa Flora le decía:

—¿Qué te pasa Vigildo? ¿Temés oxidarte o despintarte o encogerte o arrugarte...?

Así pasaron días interminables. Hasta que el rey se atrevió a confesar.

—¡Extraño las armas, los soldados, las fortalezas, las batallas! Después de tantos años de guerra, ¿qué voy a hacer yo sumergido como un besugo en una bañera de agua tibia? Además de aburrirme, me sentiría ridículo. Y terminó diciendo en tono dramático: ¿Qué soy yo, acaso un rey guerrero o un poroto en remojo?

Pensándolo bien el rey Vigildo tenía razón. ¿Pero cómo solucionarlo? Razonaron bastante, hasta que al viejo chambelán se le ocurrió una idea. Mandó hacer un ejército de soldados del tamaño de un dedo pulgar, cada uno con su escudo, su lanza, su caballo, y pintaron los uniformes del mismo color que el de los soldados del rey. También construyeron una pequeña fortaleza con puente levadizo y con cocodrilos del tamaño de un carretel, para poner en el foso del castillo.Fabricaron tambores y clarines en miniatura. Y barcos de guerra que navegaban empujados a mano o soplidos.

Todo esto lo metieron en la bañera del rey, junto con algunos dragones de jabón. Vigildo quedó fascinado. ¡Era justo lo que necesitaba!

Ligero como una foca, se zambulló en el agua. Alineó a sus soldados, y ahí nomás inició un zafarrancho de salpicaduras y combate. Según su costumbre daba órdenes y contraordenes. Hacía sonar la corneta y gritaba:

—¡Avanzad mis valientes! Glub, glub. ¡No reculéis cobardes! ¡Por el flanco izquierdo! ¡Por la popa…! —Y cosas así.

La esponja me contó que después no había forma de sacarlo del agua.

También que esa costumbre quedó para siempre. Es por eso que todavía hoy, cuando los chicos se van a bañar, llevan sus soldados, sus perros, sus osos, sus tambores, sus cascos, sus armas, sus caballos, sus patos y sus patas de rana.

Y si no hacen eso, cuénteme lo aburrido que es bañarse.


FIN                                                                    


                              Ema Wolf


17 DE JUNIO: DÍA NACIONAL DE LA LIBERTAD LATINOAMERICANA, EN CONMEMORACIÓN DEL FALLECIMIENTO DEL GENERAL MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES.



  ..."El feriado del 17 de junio es en honor al General Martín Miguel Güemes. ¿Que ocurrió en esta fecha?. El "héroe de la liberación nacional" falleció este mismo día, pero de 1821 en una pequeña ciudad llamada Chamical, en la provincia de La Rioja.

Güemes nació el 8 de febrero de 1785 en Salta y se destacó en la Guerra de la Independencia y en las guerras civiles. Comenzó su carrera militar con apenas 14 años, cuando se enroló en el Regimiento Fijo de Infantería, cuyo cuartel central estaba en Buenos Aires, pero tenía un batallón en su provincia.

Durante la primera de las Invasiones Inglesas al Virreinato del Río de la Plata, en 1806, Güemes participó en la Reconquista de Buenos Aires, donde protagonizó una curiosa hazaña: al ver que el barco inglés Justine, había encallado, dirigió una carga de caballería y lo abordó. Fue una de las muy pocas veces en que un buque de guerra fue capturado por una partida de caballería.
Después del estallido de la Revolución de Mayo de 1810, fue puesto al mando de un escuadrón gaucho en la Quebrada de Humahuaca para impedir la comunicación entre los contrarrevolucionarios y los realistas altoperuanos.
A fines de 1813 inició la formación de milicias gauchas en el marco de su plan defensivo de guerra de guerrillas, que lo haría pasar a la historia. Como general, creó el célebre Regimiento conocido como "Los Infernales", con el uniforme rojo que quedó asociado a su nombre.
Este regimiento adquirió fama rápidamente y fue admirado incluso por el enemigo en virtud de su destreza como jinetes, su velocidad de ataque y su gran capacidad para la emboscada y la retirada.
En 1815, fue gobernador de Salta y dos semanas después de asumir al poder se caso con Carmen Puch. Sin embargo, el matrimonio duró pocos años: Güemes falleció en 1821 a los 36 años, convirtiéndose así en el único general argentino que murió en combate durante la Guerra de la Independencia Argentina..."



Fuente extraída de https://www.clarin.com/viste/feriado-17-junio-honor-guemes-celebra_0_X04Alw7Wi.html

martes, 16 de junio de 2020

CUENTO: "LUMUMBA EL MOSCARDÓN" DE RICARDO MARIÑO

TE INVITO A ESCUCHAR ESTA LINDA HISTORIA DE UN SIMPÁTICO INSECTO QUE NO PARA DE METERSE EN PROBLEMAS.....




CUENTO COMPLETO:


lunes, 15 de junio de 2020

HOY LEEMOS : "YO RATÓN " DE LAURA DEVETACH

ESCUCHAMOS:



CUENTO: 


15 DE JUNIO: DÍA DEL LIBRO.

“Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mi se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros.”

Jorge Luis Borges




   Esta celebración comenzó en Argentina el 15 de junio de 1908 como "Fiesta del Libro". Ese día se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres. En 1924, el Decreto Nº 1038 del Gobierno Nacional declaró como oficial la "Fiesta del Libro".

Te invito a escuchar este cuento: "EL INCREÍBLE NIÑO COME LIBROS"  DE OLIVER JEFFERS






viernes, 12 de junio de 2020

12 DE JUNIO: DÍA MUNDIAL CONTRA EL TRABAJO INFANTIL


Principio 9

El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral.





ESCUCHAMOS: "SOL DE NOCHE" DE ELSA BORNEMAN

DISFRUTÁ  ESTA HERMOSA CANCIÓN DE CUNA




¡MÁS POEMAS Y CANCIONES PARA LEER DE ELSA BORNEMAN!



jueves, 11 de junio de 2020

CANCIÓN: "LOS CINCO BURRITOS" DE JAVIER VILLAFAÑE

ESCUCHÁ ESTA HERMOSA CANCIÓN: AUTOR  JAVIER VILLAFAÑE
CANTANTE : COCO ROMERO





"Los cinco burritos", de Javier Villafañe


"¡Cómo se quedaron
los cinco burritos
al ver a la luna
dormida en el río!

¿Qué haremos con ella?
¿Con qué la cubrimos?
¿Con la arena fría?
¿Con el viento frío?

¡Cosas de la luna,
dormirse en el río!

¡Cómo la miraban
los cinco burritos!

La luna, redonda
temblaba de frío.
Que duerma esta noche
junto con su niño.

Quien quiere la luna
debe estar dormido.

¡A dormir,
que los cinco burritos
ya están por venir!

¡A soñar,
que la luna redonda
ya está por llegar!

Cargaron la luna
los cinco burritos
y andando despacio
cruzaron el río.

Ya vienen bajando
por este camino."




Cuento extraído de "EL POETA DE LA ANDARIEGA " COLECCIÓN BS AS . EDUCACIÓN . EDITORIAL EUDEBA. ( Mi Biblioteca Personal)


miércoles, 10 de junio de 2020

ESPECIAL: MANUEL BELGRANO

Bicentenario Del General Manuel Belgrano

Capítulo 3: La formación del revolucionario (1786-1794) 





Capítulo 4: Funcionario de la colonia (1794-1810) 



Capítulo 5: Educar al soberano




LA VIDA DE JAVIER VILLAFAÑE

TE INVITO A MIRAR ESTE VIDEO SOBRE LA VIDA DEL TITIRITERO "JAVIER VILLAFAÑE"





martes, 9 de junio de 2020

ESPECIAL: MANUEL BELGRANO

TRAS LAS HUELLAS DE BELGRANO :


 Capítulo 1: “Un hijo de la Patria”. Nacimiento, origen e influencias.




Capítulo 2: Su infancia y adolescencia (1770-1785) - Bicentenario Del General Manuel Belgrano




CUENTOS QUE VIAJAN

Hoy te presentamos la colección: " CUENTOS QUE VIAJAN "
 Recurso armado  por los CIES. Para escucharlos recuerda deslizar hacia la derecha y hacer clik en el seleccionado.


Hecho con Padlet